24/01/2020 Copa de vino español y entrega de trofeos de licenciaturas y doctorados en Guadarrama y La Pedriza. Gloria Fernández
Entrega de premios:
El viernes 24 de Enero tuvo lugar la entrega de premios (licenciados y doctorados) a los participantes en senderismo y montañismo. El evento organizado por D.Rafael García Puig fue todo un éxito. El Club expresa su agradecimiento a Rafael por su entrega y dedicación.
Gloria Fernández
12/01/2020 Senderistas: Desde El Puerto de Canencia al Collado Abierto y La Albardilla. Félix Omeñaca
Las
previsiones para la jornada eran inmejorables; frío pero tolerable,
ausencia de viento y lluvia y terreno en buenas condiciones. Con estas
expectativas 15 senderistas iniciamos la marcha.
El
primer tramo por pista forestal resultó un poco lúgubre; pendiente
discreta, marcha lenta del grupo, mucha actividad del “área de
Broca”(lenguaje) y sobre todo la poca luz que recibíamos del astro sol
por la tupida red de pinos albar que flanquean todo el camino. Antes de
coronar este primer tramo la aparición entre las ramas altas de los
pinos del brillo solar animó el espíritu de los senderistas.
Esperaba
al grupo una ancha pista forestal que debíamos seguir hacia el este.
Esta primera parada resultaba obligada, desde aquí se podía apreciar la
hermosa vaguada que se extiende desde la sierra hasta la ciudad.
Numerosos pueblos desperdigados por la llanura, bosques, pantanos,
carreteras y ríos. Al fondo la capital identificable por la silueta de
sus cuatro torres del norte, una enorme cortina blanquecina la cubría
mezcla de nubes y polución.
Nuevo
ascenso esta vez luminoso por la pista forestal hasta Cabeza de la
Braña ausente de cualquier singularidad. Desde aquí ya se distinguía la
ubicación de la Alabardilla final de nuestro trayecto. Un primer
descenso entre matorrales (trocha) y siguiendo el curso de una
torrentera seca y plena de cantos rodados nos condujo hasta el collado
donde cuatro senderistas (XX) decidieron acampar entre unas rocas
improvisadas que sobresalían sobre la llanura. El resto coronamos el
pequeño desnivel que lleva al cerro de la Alabardilla y allí el grupo
repuso fuerzas.
La
vuelta se prometía fácil y hasta se insinuaron algunos cánticos tras
recuperar a las que habían quedado atrás y que encogidas, juntitas y
abrigadas (imitando a Amundsen) se habían refugiado tras una roca dado
que Eolo había abierto una rendija de su ventana y un ligero viento
había enfriado el ambiente.
La
sorpresa estaba a punto de llegar, el ascenso a la trocha que con tanta
facilidad aunque no exenta de inconvenientes acabábamos de hacer
resultó mas dura y exigente de lo esperado. En la cima se vieron caras
de sobresfuerzo, cansancio y desaliento, no faltaron resuellos y algún
que otro relincho.
El
último tramo sin incidencias nos permitió observar como la altura de
los pinos que bordean el camino (situado en la cara norte de la montaña)
aumentaba conforme íbamos descendiendo, todos buscan la luz pero en
distinto plano (pura lección de biología de nuestro erudito guía
Alejandro).
Así dimos fin a una jornada bonita, de sol radiante, hermosas vistas, ambiente invernal y dura trocha.
Félix Omeñaca
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