Las marchas de senderismo del
mes de julio se repiten de año en año con contadas novedades. Buscan la
frescura del ambiente y el paseo amable como culminación de un curso.
Tratan de dejar un regusto agradable que nos haga desear la llegada de
septiembre y el reinicio de la actividad.
Todos
los años los senderistas terminan con la marcha de las Pesquerías de
Carlos III en el rio Eresma en la vertiente segoviana de nuestra sierra
de Guadarrama. Unas veces vamos hacia el embalse del Pontón. Otras, en
busca del arroyo del Telégrafo, que se convierte en el Eresma, y el
arroyo Minguete.
En esta ocasión optamos por ir en busca del arroyo del Telégrafo, ocho senderistas que salimos todos desde Mirasierra.
Gloria, Marisa, Marta, Melanie, Conchita, Martha con hache, Rocío, y yo mismo.
Diréis: “qué bien acompañado”, pues sí, muy bien acompañado.
Así
que a las 8 nos dirigimos en dos coches hacia la zona recreativa de la
Boca del Asno, ocupada a esa hora solo por algunas caravanas, para
iniciar nuestra marcha en busca del Telégrafo siguiendo la rivera del
Eresma, que en esta ocasión bajaba con poca agua, pero que aun así
producía un festival en los sentidos y en los sentimientos que
establecía un muy buen maridaje con el remate de temporada que se
pretendía.
Bajamos
las escaleras que nos llevaban al rio y empezamos a andar en pequeños
grupos, seña de identidad de los senderistas, a los que no hay forma,
sean muchos o pocos, de mantener en un grupo compacto.
Anduve
durante los primeros momentos solo y en cabeza, recogido, como si
hubiera entrado en una iglesia me arrodillara y santiguara para iniciar
mi relato, mi petición mi balance, mi oración, y mi recuerdo y
agradecimiento a Jesús, siempre presente durante las marchas en los más
antiguos montañeros o senderistas.
Una
breve parada para oír el silencio del murmullo del rio y de los pájaros
y permitir que ese grupo disgregado de conversaciones se agrupe y haga
fotos, ¡como no!
Os echamos de menos Marisa fotos, Ricardo videos, y Pablo.
Reanudamos la marcha, y aparecieron los ¡qué pena que no haya venido…! Echábamos de menos a tantos de vosotros…
En poco más de 1 hora llegamos donde el arroyo del Telégrafo se convierte en el río Eresma. Que bonito, que paz, que privilegio.
Giramos
a la derecha siguiendo el curso del arroyo de las Pamplinas,
adentrándonos en los magníficos pinares de Valsaín que no se si recogen
el nombre de esta especie de pino, o es al revés.
Se
volvieron a formar los grupos de conversación disgregados. Me rendí por
tanto al sentir general y formé el mío propio con Marta sin hache, mi
hermana. Como no, “repasar”, en ambos sentidos, a la familia siempre da
mucho juego, y más aún si de repente interrumpes el “repaso”, y te paras
a llenarte con los pinos que suben rectos al cielo formando un paisaje
bellísimo rico en metáforas evocadoras…
Cruzamos
un puente de grandes piedras sobre el rio y giramos de nuevo a la
derecha hasta que nos encontramos con una pista asfaltada y un puesto de
reavituallamiento de una carrera de montaña de 115 km que como todos
los años estaba teniendo lugar por estos lares.
Abandonamos
la carretera y después de media hora decidimos iniciar la vuelta, y la
búsqueda de nuevo del rio Eresma para tomar un tentempié.
Encontramos
un recodo en el rio. El calor aconsejo a buena parte descalzarse y
refrescarse y, ¡como no!, fotografiarse los pies y las piernas todas
juntas en una fotografía, como diría yo, curiosa. Os describo la foto:
Parejas de piernas juntas y sumergidas en el agua del rio con las uñas
rojas pintadas.
Es
indudable que esto no se nos hubiera ocurrido a un grupo de chicos, lo
que prueba la desinhibición, originalidad y creatividad de las chicas.
Después
de una larga media hora, reiniciamos la marcha. En esta ocasión
percibimos el incremento que está teniendo esta actividad en las
personas, que se nota de un año para otro. Nos cruzamos con varios
corredores de la carrera de 115 km que habían iniciado a las 23:00 del
viernes procurándoles ánimo.
Cuando
llegamos a la Boca del Asno, el parking estaba totalmente lleno, así
que cogimos los coches y nos dirigimos al Albero en Valsaín para comer.
Puri como siempre encantada de tenernos como habituales.
Lo que disfruté y reí en la comida no soy capaz de explicarlo.
Conversación
rica que pasaba de la seriedad a la risa, de lo transcendente a lo
intranscendente, de una manera vital, rápida, imposible de seguir en
ocasiones, pero siempre rica en conocimiento que salta de la gestión de
personas a los platos de cocina sin solución de continuidad, cargada de
experiencia donde siempre aflora y a pesar, en ocasiones, de ella el
sentido del humor, la experiencia, y la frescura que tanto admiro en las
mujeres.
Así terminó nuestra marcha de 10 km y 165 m de desnivel y con ella el curso.
Los
montañeros, como bien explica José Luis en la crónica que habéis leído,
culminaron la Cuerda Larga con La Najarra incluida. Un gran final para
una estupenda temporada. Gracias José Luis por tu implicación.
Finalmente,
quiero recordar en este final de temporada a algunas de las marchas que
he hecho con vosotros. Todas han tenido algo especial pero, me quedo
con la subida al Malagón y como se la colamos a Aida, la subida al Yelmo
y a su Lagunilla donde Cipri dirigió una oración al cielo en memoria de
Mónica y a Conchita le brillaban los ojos de satisfacción por lo
conseguir subir al Yelmo, y la subida al Peñalara bautismo de cumbre
para Elena, Félix y Marta, José Vicente, Begoña, Marisa, Rocío,
conchita, y Silvia y José Luis.
Juan
Carlos y Antonio, quiero agraceros la seguridad que nos proporcionáis,
la tranquilidad en la cola que aportan Reinaldo, Emilio, Viky, José
Ignacios, Marta, Gonzalo (estamos contigo Gonzalo, ayer pasamos un rato
estupendo en tu casa), y a Elías a su amistad, rigor y lealtad.
En
mi cabeza estáis todos, veteranos en el grupo y los más recientemente
incorporados, Mar, José Antonios, Sonsoles y su positivismo, Rocío y su
señorio, Rosa, Francisco Alfredo, Alejandro e Isabel, Mari Carmen y
Alfonso, Marisas, Martas con hache y sin hache, Amay, Floren, Melanie,
Mariane, Chelo y José Luis y vuestra fuerza, Joaquín, Marías, María del
Mar, Malanie y Luis, Paz y Kaos, y Alberto y Silvia.
Estoy deseando que os reincorporéis rápidamente Gonzalo, Katinka, José Eugenio, Margarita, Cristina, Esperanza, e Irena.
A ti Gloria que eres el alma del grupo, y que sabes que Jesús y todos nosotros estamos contentos de que así sea.
A
todos muchas gracias por pertenecer a este grupo, por vuestra lealtad,
amistad, constancia, aunque las crónicas se nos resistan alguna vez a
algunos, y por la acogida sincera y afectuosa que damos a todas las
incorporaciones que permiten que todos nos enriquezcamos.
Un abrazo a todos y hasta septiembre