24/03/2019 Montañismo La Cuerda de Los Porrones y Maliciosa Chica; Alberto Extramiana





Hoy hemos sido 12 los montañeros/as que nos hemos animado a disfrutar de nuestra maravillosa sierra: Chelo, Mariane, Silvia, Emilio, Antonio, Rafael, Reinaldo, Jose Antonio, Juan Carlos, Jesus, Francisco y el cronista que os resume la jornada, Alberto.
Tras un debate previo el día anterior, se decide comenzar la ruta en Canto Cochino en lugar de en el collado de quebrantaherraduras, ya que existían dudas razonables sobre la posibilidad de que la benemérita pudiese estar multando a los coches que aparcasen fuera de los estacionamientos señalizados en el parque. Más vale prevenir.
Entre las 8:15 h y las 8:20 h llegamos todos al parking de Canto Cochino. Sabia decisión, por cierto, el quedar a las 8:15 h, ya que como hemos venido observando recientemente, de llegar sólo 15 minutos más tarde lo hubiésemos tenido complicado para encontrar sitio. En el intervalo de ese cuarto de hora el parking pasa de estar semivacío a llenarse por completo. 
Comenzamos a andar sobre las 8:30 h partiendo desde Canto Cochino hacia el collado de quebrantaherraduras, el día es soleado y la temperatura es fresca, aunque todos intuimos que no vamos a tardar demasiado en comenzar a quitarnos capas. 
Tal como sospechábamos, a medida que vamos subiendo comienza a sobrarnos de todo, así que nos liberamos de alguna capa de ropa y proseguimos la ascensión, siempre ganando altura lentamente, hasta llegar a la pista forestal que se encuentra pasado el collado.
Desde allí, y tras avisar a Silvia, que venía por primera vez a montañismo, de que hasta ese momento sólo habíamos hecho el calentamiento (no se fuese a confiar), comenzamos una ardua y constante subida hacia la base de Peña Blanca, al principio por un cortafuegos, después por un sendero bien definido y un poco más adelante por uno no tan bien definido, pero sin perder de vista el muro que se encuentra a la izquierda en ningún momento. El recorrido estaba algo cerrado de vegetación, y en algún momento nos obligó a abrirnos paso apartando ramas y trepando por algunas rocas, lo cual lo hizo más interesante (estos tramos off road siempre aportan cierto picante y le hacen a uno pensar en la sabia decisión mañanera de ponerse pantalones largos en lugar de cortos). A destacar las excelentes vistas de toda la pedriza y del embalse de Santillana que quedaban a nuestra espalda a medida que íbamos ganando altitud. Grata recompensa conquistada paso a paso con esfuerzo y sudor.
Tras la subida continuada llegamos a la base de Peña Blanca, desde donde podemos observar una espléndida vista del pueblo de El Boalo.
Desde la base, partimos un subgrupo de 8 montañeros con ganas de trepar y coronar este pico, guiados por Antonio. Tras trepar como cabras durante unos 15 minutos y pasar un poco de vértigo, llegamos a la cumbre (1.598 metros de altura), con gran subidón de adrenalina colectivo (y grito de guerra de Mariane) tras superar las dos rocas finales, que eran de aupa.
Tras descender nos reagrupamos y partimos todos siguiendo la cuerda de los Porrones, hasta llegar al collado de los Vaqueros, dónde hacemos un alto y damos buena cuenta de los frutos secos y demás viandas que llevábamos en las mochilas. Reinaldo nos invitó a una degustación de un pan que estaba buenísimo pero cuyo nombre soy incapaz de recordar (¿calandrajo? ¿zalandrajo?) aunque si me la tuviese que jugar estoy casi seguro de que es Calandrajos.
Tras el aperitivo, continuamos la marcha y siguiendo la cuerda, en un collado más adelante nos desviamos a la derecha (no sin antes despedirnos de la Maliciosa Chica, que se encuentra cerca) y bajamos cruzando el bosque hasta llegar a la pista de las zetas. Andamos un poco por esa pista y decidimos atajar bajando otro tramo off road por el medio del bosque. Allí Silvia se revela como una excelente descendedora, encabezando el descenso en algunos tramos. Tras algún que otro resbalón, finalmente damos con un sendero que baja cruzando el bosque hasta llegar a Canto Cochino.
Terminamos en el parking a las 13:20 h, tras haber realizado 10 kilómetros de recorrido con 826 metros de desnivel acumulado y varios tramos de “campo a través”, en una jornada soleada de temperatura casi veraniega en la que nos hemos cruzado con muy poca gente.
Una mañana extraordinaria con muy buen ambiente en la que personalmente he disfrutado mucho tanto del recorrido como de la compañía. Así es más fácil enfrentarse al lunes.
Saludos a todos!
Alberto

24/3/2019 Senderismo Por tierra de lobos; Pablo Olavide





La semana pasada leí en la prensa que había cinco manadas de lobos en la sierra madrileña (de 35 a 40 ejemplares). A mi me parece una cifra muy elevada (“menos lobos Caperucita”, diría alguno), aunque ojalá fuese cierta: el lobo es una pieza fundamental para mantener un ecosistema sano y equilibrado. Lo que sí es seguro es que una de estas manadas campea por los altos de La Morcuera y eso hace que estos parajes tengan un valor especial, que sean más salvajes, más genuinos. También más emocionantes. Así que no me lo pensé mucho cuando Rafa nos propuso subir a Bailanderos este domingo y transitar por este territorio: el territorio del lobo.
Puntuales, a las nueve de la mañana, nos juntamos todos en el aparcamiento del puerto de La Morcuera. Hoy seremos trece senderistas más Kaos, el inquieto perro que acompaña a Paz. Tras los saludos de rigor, dejamos atrás el aparcamiento y emprendemos la marcha traspasando la valla que da acceso a nuestra ruta. Un cielo azul presagia un nuevo día sin lluvia, uno más de este largo periodo sin precipitaciones, y comparto esta preocupación con Elena, con Marisa y Gonzalo. Y recuerdo las palabras de mi amigo Manuel Morales que, haciendo uso de Las Cabañuelas, me dijo el año pasado: “No te engañes Pablo, el año que viene será seco”.
“¡No me fastidies, Manuel!”, le respondí (en realidad fueron otras palabras más gruesas las que usé) y, visto lo visto, lamento que tuviese razón.
Las Cabañuelas es un método de previsión meteorológica que usaban las gentes del campo antes de que se inventara el “meteosat”.  Grosso modo, consiste en observar cómo se comportan los primeros días de agosto en función del viento, la humedad y la temperatura y, según sean estos, así será el tiempo a lo largo del año siguiente.
Y con esta conversación (y otras tantas) caminamos por esta senda que nos ha sumergido en un escenario abrupto de pedregales y piornos. La arboleda se queda en cotas más bajas formando apretados pinares de repoblación y desnudos robledales. Ascendemos en ordenada formación, salvo Kaos, que va y viene de arriba a abajo incansable. Y también Ricardo, que se aposta en cada rincón del camino para retratarnos bien guapos. ¡Y yo con estos pelos!
Según avanzamos, dejamos a nuestra izquierda La Najarra y nos plantamos en su collado. Y desde aquí admiramos el panorama que nos brinda este lugar: al norte, el valle del Lozoya, Rascafría y el monasterio del Paular. Y Peñalara protegiendo este hermoso escenario con las últimas nieves aferradas a su cumbre tras un invierno que pasó con más pena que gloria. Al sur, Madrid envuelta en su eterna calima, el cerro de San Pedro (singular pirámide desgajada de la sierra) y los embalses de Miraflores, Santillana y El Pardo. Hablo aquí con José Vicente y Gonzalo de aviones, de los que vuelan y de los que, últimamente, se caen. Tal vez, esta conversación aeronáutica se deba a estar más cerca del cielo y las nubes o a la presencia de los numerosos aviones que nos sobrevuelan procedentes de Barajas.
Sea como fuere, los aviones siguen su senda y nosotros la nuestra. Dejamos atrás el collado de La Najarra, seguimos las crestas que dan inicio a la Cuerda Larga y llegamos al último repecho que nos separa de Bailanderos. Aquí debemos buscar algo de abrigo en nuestras mochilas para protegernos del incomodo viento que se ha levantado. Y María y Gloria optan por quedarse en este lugar y disfrutar del panorama mientras el resto afrontamos la subida final. 
Ya en la cumbre reponemos fuerzas al abrigo del viento y tomamos el sol. Sacamos fotos. Admiramos el magnífico paisaje… Yo presto atención a una pareja de cuervos que, cara al viento (o, mejor dicho, pico al viento), se ciernen en el aire y ejecutan vertiginosas cabriolas. Y siento envidia de ellos, de su capacidad de volar y acariciar las laderas desde las alturas.
El tiempo apremia y el viento desapacible nos empuja a iniciar cuanto antes el descenso al punto de partida. Lo hacemos siguiendo la misma senda que nos trajo hasta estas alturas. Y por el camino, voy pensando en los lobos y busco algún rastro que delate su presencia: sus huellas, sus excrementos, sus rascaduras en el suelo…, pero no encuentro nada. Los lobos son animales discretos y cautos (salvo para las ovejas, claro) y es que, en ese comportamiento, les va la vida: han sido muchos siglos de implacable persecución. Pero yo desciendo contento, sabiendo que están ahí, tal vez observándonos desde una retama; tal vez recorriendo esta noche la senda que hoy hemos seguido.
Llegamos pronto al aparcamiento, sobre las 13:30, después de hacer más de 8 kilómetros y salvar un desnivel de 400 metros.
Y yo me alegro de haber compartido con vosotros esta marcha… y de haber transitado por el territorio del lobo.
¡Buena semana, amigos!
Hemos participado en esta excursión: Rafael Garcia Puig, Gloria Fernández, Ricardo García Ramos, Silvia caridad, Jose Vicente Almela, María Franco, Conchita Carvajal, Marisa Huidobro, Paz Vizcaino (y Kaos), Florencia Martínez, Elena Madurga, Gonzalo Fernández Lamana y este cronista, Pablo Olavide

16/3/2019 Conjunta senderismo; Circular La Pedriza; Cristina Carrasco




Lugar de encuentro: Ermita de S. Isidro Labrador en el Boalo.
Una vez enumerados los16 senderistas me tocó a mi ser la cronista.
Se decidió que cada uno de los participantes tenía que contar cómo les había ido. 
 Participantes: Rafael García Puig, Gloria Fernández, José Vicente Almela, María Franco, Paz Vizcaino, Aida Luque, Marisa Huidobro, Begoña Mata, Rocío Eguiraún, Reinaldo y su mujer, Carmen y Alfonso, Juan Carlos y su mujer Patricia, y yo.
Aquí expongo lo que me han mandado
José Vicente: Nos informó de la ruta que habíamos realizado: Distancia 14 KM. Subida 550mts. Desde el Boalo a la Pedriza pasando por el collado de Quebrataherraduras, Canto Cochino, y vuelta. Se hizo una circular.
 Rafa: El guía de la marcha, Juan Carlos fantástico. Pendiente de los descansos y de proporcionar a todos explicaciones sobre lo que veíamos. El probablemente no ha disfrutado tanto pues  guiar una marcha significa también trabajar. Gracias Juan Carlos y Patricia, siempre pendiente de la cola
Gloria: Hoy hemos tenido un día de calor y buena compañía en la excursión del Boalo a Canto Cochino y vuelta, muy bien dirigida por Juan Carlos, siempre atento haciendo paradas para los que estábamos un poco perjudicados pudiéramos recuperarnos.
María Franco: La marcha de hoy ha sido un éxito en varios sentidos: paisaje maravilloso, grupo estupendo y sobre todo la gran generosidad de unos para ayudar a otros. Juan Carlos ha remodelado la ruta para que fuera más fácil para mí, ya que me costó hacerla la última vez. Y ha dado un magnífico resultado. No he tenido problema. Me encanta el ambiente del grupo y la ayuda que nos prestamos. Un día maravilloso de principio a fin.
Rocío: Buen tiempo, buena compañía, buen guía, ruta exigente pero preciosa, buena comida, un día para repetir.
Begoña: Crónica de la comida: Tomamos un cocidito montañés que nos gustó mucho que nos supo a poco. La olla venía justita, para los diez cansados senderistas, que estábamos esperando ansiosos. Aparecieron tres senderistas más en el último momento y tuvimos que compartir la perola entre trece, así que comimos poco pero nos reímos mucho. La próxima vez, sino se apuntan con antelación a la comida, no les daremos casi nada.
Mari Carmen y Alfonso: El día de primavera anticipada, prometía una espléndida jornada: cielo azul, campos verdes donde la jara y el romero florecido nos impregnaban de su fragancia y un guía que como siempre nos sorprendió con un recorrido inédito de una clásica de nuestras salidas. Como final un estupendo cocido en buena compañía. Abrazos
Paz: Hoy la excursión ... todo un lujo, caminata, solecito, sombra entre los arbolillos, y para reponer fuerzas montañés el cocidillo.
Mmmmmm…
Aunque no hemos repetido,
a gloria nos ha sabido...
Cristina, la cronista: No tengo nada más que añadir, la marcha preciosa, el guía Juan Carlos y su mujer Patricia un lujo. 
La comida en el Refugio de Oria muy buena por eso nos ha sabido a poco. 
Gran ambiente distendido y divertido. Doy gracias a Dios por este día genial. Para recordar y repetir. Muchas gracias senderistas sois unas personas estupendas
Abrazos
Cristina Carrasco

10/03/2019 Senderistas: Alredededores de Buitrago de Lozoya; Visita al museo Picasso de Buitrago de Lozoya







03/03/2019 Senderismo: Puerto del Malagón y Cerro Cabeza: Aida Luque



7 senderistas, pocos pero valientes, nos dirigimos al Puerto de Malagón, eso está en El Escorial aunque el nombre pueda llevar a equívocos. 
A las 9 de la mañana salimos del parking del embalse de El Romeral: Rafael Garcia Puig (El-Gran-Jefe), Gonzalo Fernández Lamana (Gran-Jefe-Adjunto), Silvia Caridad, Conchita Carvajal, Rocío Eguiraun, Marisa Huidobro, Aida Luque
Un día estupendo para caminar, sol y aire fresquito en la cara, de ese que te da ánimos y fuerza. Comenzamos el recorrido entre monte y pinares, teóricamente por senderos y pistas forestales, hacia La Fuente de la Teja, el Arboreto de Ceballos, al Puerto de Malagón y alcanzar finalmente El Cerro de la Cabeza .
Como siempre todos charlando empezamos a subir por el "sendero", a subir, subir, subir, subir, subir......(y yo pensaba… y lo llano para cuando ¿? ) y llegamos a una carretera por la que ascendían esforzados ciclistas.  Una paradita para contemplar un paisaje precioso,  ingenua de mi, creía que ya se había terminado el pedregal y que cogeríamos la acolchada pista forestal.....pues nooooo, cruzamos la carretera y volvimos a otro "sendero" y vuelta a subir y subir.
Cuando parecía que ibas a alcanzar la cima, allí donde se acaban los pinos y comienzan las retamas, El-Gran-Jefe y el Gran-Jefe-Adjunto, cariñosamente nos camelaban diciendo que ya casi estábamos, que se había pasado lo peor, pues no, para nada. Surgía una nueva y empinada loma llenita de piedras, socorro!!!
Yo a la media hora pregunté que si el camino era la ida y vuelta por el mismo sitio con la intención de esperarlos allí mismo sentada en la primera piedra, como de pasada a ver si colaba, no podía mas. Pero El-Gran-Jefe y el Gran-Jefe-Adjunto, no son fáciles de enredar, y más bien me engatusaron ellos a mi.
Seguimos subiendo tranquilitos hasta alcanzar el Cerro de la Cabeza (1678 m), un alto con un panorama increíble, se veía El Escorial como si fuera un plano a escala, y la Sierra Madrileña como en pantalla circular:  Asia a un lado, al otro Europa y allá a su frente Estambul.
El tentenpié, la foto con bandera, un descansito y comienza la bajada. Ojo, que hablamos de un desnivel de 635 m.
Esto ya es otra cosita, chupado, ja ja... primero, un empedrado, seguimos por un auténtico camino de cabras, para terminar desbrozando por medio de matorrales, genial! 
Lo cierto es qué a pesar de la paliza, tengo que reconocer que vuelves nuevo, contento, satisfecho, lleno energía para la semana. Muchas gracias a El-Gran-Jefe y a el Gran-Jefe-Adjunto, por los ánimos y la organización y a las maravillosas compañeras trotamundos, que somos las 5 inocentes que nos hicimos los 11,3 km y los 591 m de desnivel, campeonas!!!
Un abrazo,
Aida Luque
Cronista accidental

24/02/2019 : Desde el Alto del León al Cerro Mostajo, por Peña del Arcipreste de Hita; Alejandro Gutierrez






El domingo se despierta con algunas nubes altas, con previsión de cielos despejados a lo largo de la mañana, y subida paulatina de temperatura.
Somos 11 esforzados senderistas, con ganas de disfrutar de la montaña y la buena compañía: Marisa Huidobro, Conchita Carvajal, Silvia Caridad, Alfredo Díez, Marisa Ruiz y Rocío Eguiraun desde Mirasierra. Florencia Martínez, Sonsoles Herrero, Pepe Herrero, Isabel Fernández, y el que suscribe, que fuimos directos al Alto del León.
La hora prevista de encuentro es a las 9.30h. Gracias a Rafa, que puso la hora de salida desde el Club Mirasierra a las 8h, el grupo de senderistas que salían de allí, llegaron antes de las 9h, y se pudieron tomaron un café tranquilamente en el Asador del Alto del León.
Por designación del dedo divino de Rafa, me toca hacer de guía. Todos los compañer@s me lo hicieron muy fácil.
Toca decidir quién va a hacer la crónica. Pido voluntarios, que den un paso al frente, y como el chiste de la mili, todos dan un paso atrás, y yo sólo me quedo delante. Me ha tocado doblete: Guía y cronista.
La marcha programada es lineal, iniciándose y acabando en el Alto del León. Se toma la cuerda dirección al Puerto de la Fuenfría. El objetivo era llegar a cumbrear el Cerro de Matalafuente.
A las 9.30h iniciamos la marcha bien abrigados. Hace algo de viento, y la sensación térmica es varios grados por debajo de la tª que marca el termómetro. Conforme vamos avanzando, el calor corporal generado por el esfuerzo, nos obliga a ir despojándonos de la ropa de abrigo.
El camino no tiene pérdida: Vamos a ir cresteando por la cuerda, siguiendo las marcar del GR10 (dos líneas horizontales roja y blanca). El paisaje es magnífico: Disfrutamos en todo momento de una visión de 360º de la Sierra del Guadarrama, de los valles de la vertiente Segoviana y de la Madrileña, incluidas las 4 Torres de Castellana. 
La primera elevación en superar es el Cerro de la Sevillana. Empezamos a ver los primeros restos de fortines, nidos de ametralladoras, bunkers, trincheras … de la Guerra Civil, algunos muy bien conservados. En unos parajes tan hermosos, es triste pensar que hubo batallas encarnizadas donde murieron tantas personas. 
Después de dejar atrás el collado de La Sevillana, llegamos a la Peña del Arcipreste de Hita. A nuestra derecha a unos 200 metros está el Monumento al Arcipreste, que decidimos visitar a la vuelta. Casi sin despeinarnos llegamos a la meta prevista: El Cerro de Matalafuente. Como es algo pronto para volver, y seguimos con hambre de montañas, por mayoría absoluta decidimos seguir adelante. La siguiente cumbre conquistada es Peña del Cuervo. Sin parar seguimos por la cresta de la cuerda, hasta alcanzar el alto del Cerro del Mostajo. Allí nos plantamos, y tomamos las viandas en la cumbre, protegidos por los restos de un aguardo de la Guerra Civil.
Volvimos por el mismo camino de ida, disfrutando de las maravillosas vistas, de la compañía, y de los alegres cantos de Pepe, en Suajili, perfecto Inglés Americano y Español, indistintamente. En la Peña del Arcipreste de Hita, nos acercamos a conocer el Monumento al Arcipreste. Es un Berrocal de formas muy características. En su vertiente sur, cincelado en roca hay dos inscripciones, una de ellas rememorando el 26 de noviembre de 1930, el 600 aniversario del Libro del Buen Amor. En la otra, unos versos de un poema del Libro, contando el Arcipreste uno de sus encuentros eróticos/cómicos/pastoriles por aquello lares: “Cerca de Tablada/ la sierra pasada/ falleme con Aldara/ a la madrugada”. Pepe nos deleitó con una declamación excelente de algunos versos del Libro del Buen Amor, leídos de un ejemplar que hay en un pequeño cofre al abrigo de las rocas.
Después de casi 5 horas de caminata, unos 11 km y 530 metros de desnivel acumulados, llegamos a los coches, satisfechos y contestos de lo hecho. Un día magnífico para guardar en nuestra memoria.
¡Un fuerte abrazo!
Alejandro.
Un abrazo