CRÓNICA DE LA SALIDA DEL DIA 18/10/2015
Mas
no todos los días podía jugar ni trepar montes, pues había de
esperar para eso a los domingos.
M.
de Unamuno. Paz en la guerra
Enmendando a D. Miguel
esta semana fue el sábado.
Nos reunimos como
previsto a las 0830 a la vera de un imponente contrafuerte de la
Iglesia de Chozas. ¿Chozas? Sí, Chozas, que así es como se llamó
Soto hasta mediados los cincuenta del siglo pasado. Dicen que el
Arzobispo Morcillo así lo propuso porque el nombre de su pueblo le
parecía poco noble, y en votación municipal los vecinos se
decidieron por Soto del Real. Al carro se unió Porquerizas que pasó
a llamarse Miraflores de la Sierra.
En coches y por una pista
digna de las pruebas de campo de los vehículos del Dakar, llegamos
hasta el punto de inicio de nuestra caminata. Además de los baches
tuvimos ocasión de disfrutar de masas de robles ya anunciando el
otoño y también varios enebros.
Comenzamos el ascenso por
una pista forestal, de la avutarda, con el arroyo Mediano a nuestro
lado. Nos internamos en un mar de pinos albar, altísimos, de troncos
derechos, acículas verde brillante y copas abiertas. Además, de vez
en cuando un solitario, pero majestuoso acebo, y alguna seta
anunciadora de lo que vendría después.
Como habitualmente
variedad de conversaciones y de opiniones, pero esta vez además un
lugar común: La conferencia que algunos lamentablemente nos perdimos
el pasado jueves “…y si el Islam fuera otra cosa…”.
Llegamos así a la
primera parada que, a pesar del cielo cubierto, nos brindó una
magnífica vista del Embalse de Santillana, de la planta de desguace
de vagones de ferrocarril y del “hotel” de Soto del Real tantas
veces cabecera de telediarios.
Se oían voces añorando
la falta de sol. Hubiera sido espectacular ver, y casi tocar las
alturas que nos rodeaban, pero ¡caramba! Estamos a mitad de octubre
y no nos cayó una gota.
Muchos bicicleteros, los
que bajaban, a velocidad propia de coches de carreras y carteles
anunciando que las laboriosas abejas estaban trabajando.
Hicimos una parada para
el tentempié junto a un depósito del que manaba un chorro de agua
fresca, cristalina y muy abundante.
Abandonamos la pista
forestal, y por una senda alfombrada de pinaza comenzamos a
descubrir, una, otra, otra, y muchas más setas: Níscalos, boletus,
pie de perdíz, amanitas, etc. Aparecieron también varios grupos de
seteros, muy celosos de sus trofeos.
Nuestro maestro Juan
Carlos se acabó doctorando y nos explicó las virtudes de cada una
de ellas.
Así, ya bajando,
llegamos al lugar donde habíamos dejado aparcados los coches.
Comentarios de la jornada, desprendimiento de mochilas, comprobación
y comparación de navegadores… y lo que ya empieza a ser una
tradición: Ejercicios de estiramiento con fotografía incluida.
Formamos una caravana y
nos dirigimos al restaurante “El cazador de Soto” en donde nos
estaban esperando las que se unían a la comida.
Las cervezas de rigor, y
una animada comida que acabó pasadas las cinco de la tarde.
A continuación, y para
los anales, copio la lista de los que asistimos:
Con
comida en el restaurante
Rafael
García Puig; Mirasierra
Sandra
Tojeiro; MirasierraRocio Eguiraun; Mirasierra
Gloria Fernandez; Mirasierra
Cristina Carrasco; Mirasierra
Antonio de la Fuente; Mirasierra
Mar Barrionuevo; Mirasierra
José Vicente Almela; Mirasierra
Mari Carmen Vazquez; Mirasierra
Alfonso Simon; Mirasierra
Melanie; Soto
Luis; Soto
Gonzalo Fernandez; Soto
Cristina Sanz; Soto
Alfonso; Soto
Maria Franco acude al restaurante
Sofia Vazquez acude al restaurante
Toñy Zarapico acude al restaurante
Sin
comida
Marta
García; Mirasierra
Begoña
Mata; MirasierraPaco; Mirasierra
Mamen; Mirasierra
Juan Carlos Aguilon; Soto
Patricia; Soto
Jorge Duleski; Soto
Adriana; Soto
Muchas gracias a todos y
feliz semana.
Gonzalo Fernández Lamana
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