Crónica de senderismo: El Paular; Rio Angostura: Marisa Ruiz
A
pesar de que las predicciones marcaban un dia de mucho calor, como
siempre fuimos puntuales a las 8 horas, en el Club Mirasierra: Rafa y
Rosana, Inmaculada y Elias, Irena ,Gina, Margarita, Santiago, Elena,
Gloria, Beatriz, Nieves, Rocio, Marisa y Gonzalo que nos esperaba en el
Parking del restaurante Pinosaguas en el Paular. (Si me dejo a alguien
espero que me perdonéis al ser primeriza en estas lides como cronista)
Empezamos
nuestra caminata en una senda por la ribera de rio Angostura, toda ella
por la sombra que hizo que la temperatura no se notará tanto como
esperábamos.
Fue
un acierto elegir esta preciosa marcha, suave, con pocos desniveles, en
este tiempo. Gran parte de la senda discurre en campo de helechos, lo
cual indica el nivel de humedad que tiene la zona.
Paramos
en una "poza" preciosa para tomar el bocadillo de media mañana. Un
lugar tan agradable, que hasta algunos se dieron un buen bañito, ¿verdad
Rafa y Santiago?
En
nuestro regreso pudimos comprobar que el sitio es muy apreciado en esta
época por sus zonas de baño, menos mal que nosotros ya nos volvíamos,
no sin antes tomarnos lo mejor del día, una cervecita fresquita en el
Pinosaguas.
En
conjunto y como resumen considero que el dia tuvo lo necesario para ser
un espléndido día: buen clima, paisaje y naturaleza y lo más importante
la compañía.
Gracias a todos por vuestra amistad y buen verano.
Marisa
Nos
reunimos a las 8.30 nuestro guía Toño Gutiérrez, Felix Calero, Antonio
De la Fuente, Francisco Albasanz, Izabela Barlinska, Elena
Madurga, Maria Moriana e Iñigo Madurga.
La temperatura ya marcaba a esa hora 22 grados, y nos pusimos en marcha con un cambio.
En vez de subir por la cara Sur, lo hicimos por el collado del Piornal y fuente de las Campanillas.
En la fuente realizamos una parada para disfrutar de su agua tan fresca y bien recibida.
Hicimos
paradas de reagrupamiento a lo largo de la subida, disfrutando de un
paisaje auténticamente espectacular que lo completa aún más las vistas
desde el vértice geodésico.
Allí
nos tomamos el consabido tentempié y realizamos el descenso por la cara
sur, atravesando la Cuerda de los Almorchones y ladeando el Peñotillo.
La
bajada la hicimos en dos grupos, y desde luego hace honor al nombre que
lleva, porque la pendiente es acusada y con un largo tramo de piedra
suelta de gran exigencia. La temperatura tan extrema se hizo notar ya al
final de la bajada.
Abrazos
Elena
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