CRÓNICA DEL DÍA 10 DE
MAYO DE 2015
Sierra
pobre de Madrid: La senda del arroyo Riato
En esta ocasión nos
juntamos un grupo de montañeros y senderistas, haciendo una bonita
ruta conjunta a lo largo de una de una de las colas del embalse,
disfrutando de lo que nos anticipó Rafa en su correo: buenas
conversaciones entre amigos y preciosa vista a la que se conoce como
sierra pobre de Madrid.
El grupo lo conformamos
24 personas,Rafa y Marta García Puig, Sandra Tojeiro, Gloria
Fernández, Arnaldo Cabello, Pablo Olavide, Juana Lopez, Cristina
Carrasco, Mar Barrionuevo, Antonio de la Fuente, Antonio Reyes,
Hedvig Ekstrand, Colette Prezelin, Juan Carlos Aguilon Alfredo
Carlavilla, Alfonso Simon, Paco Vaquero, Felix amigo de Juan Carlos,
Gonzalo amigo de Juan Carlos, Melanie, Luis, Charito y yo, quien
redacta a su entender.
Día veraniego, de un
mes de julio que ha querido anticiparse, aunque como fieles
seguidores de nuestros generosos maestros del grupo, se notaba lo
mucho aprendido al pertrecharnos para la ocasión, vamos, que un 10
todos en el examen de José Antonio.
La ruta la comenzamos en
el cuidado pueblo de Atazar, al que llegamos tras cruzar el que fuera
reino de Patones y que menciono porque llama la atención la vista al
Canal de Isabel II que se construyó a mitad del XIX para suministrar
de agua a Madrid desde el río Lozoya.
Es un camino con
pendientes y bajadas continuas, pedregoso, a cierta altura del
embalse, y con vistas a cerros que en su tiempo estaban poblados de
robles y encinas y ahora colmados especialmente de jara, la mayoría
en flor y algunas zonas repobladas de pino resinero. Nos desviamos
para intentar continuar por el río Riato en vez del camino, pero al
estar el terreno demasiado encharcado, decidimos hacer una parada y
volver a la senda inicial. Como en otras ocasiones, disfrutamos
durante la parada del canto de los pinzones, carboneros y algún
picapinos, mientras contemplamos la presencia de la primavera en las
flores de las jaras y los majuelos, y por supuesto de los simpáticos
chascarrillos de muchos del grupo.
A la vuelta, el equipo
montañero se quedó para bajar al embalse y el resto nos refrescamos
con las cañas de rigor.
Bienvenidos
a los nuevos acompañantes y felicidades a todos por mantener el
número de participantes en más de 20 personas. Como dice Gloria,
¡vuelven los buenos tiempos!
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