El
domingo se despierta con algunas nubes altas, con previsión de cielos
despejados a lo largo de la mañana, y subida paulatina de temperatura.
Somos
11 esforzados senderistas, con ganas de disfrutar de la montaña y la
buena compañía: Marisa Huidobro, Conchita Carvajal, Silvia Caridad,
Alfredo Díez, Marisa Ruiz y Rocío Eguiraun desde Mirasierra. Florencia
Martínez, Sonsoles Herrero, Pepe Herrero, Isabel Fernández, y el que
suscribe, que fuimos directos al Alto del León.
La
hora prevista de encuentro es a las 9.30h. Gracias a Rafa, que puso la
hora de salida desde el Club Mirasierra a las 8h, el grupo de
senderistas que salían de allí, llegaron antes de las 9h, y se pudieron
tomaron un café tranquilamente en el Asador del Alto del León.
Por designación del dedo divino de Rafa, me toca hacer de guía. Todos los compañer@s me lo hicieron muy fácil.
Toca
decidir quién va a hacer la crónica. Pido voluntarios, que den un paso
al frente, y como el chiste de la mili, todos dan un paso atrás, y yo
sólo me quedo delante. Me ha tocado doblete: Guía y cronista.
La
marcha programada es lineal, iniciándose y acabando en el Alto del
León. Se toma la cuerda dirección al Puerto de la Fuenfría. El objetivo
era llegar a cumbrear el Cerro de Matalafuente.
A
las 9.30h iniciamos la marcha bien abrigados. Hace algo de viento, y la
sensación térmica es varios grados por debajo de la tª que marca el
termómetro. Conforme vamos avanzando, el calor corporal generado por el
esfuerzo, nos obliga a ir despojándonos de la ropa de abrigo.
El
camino no tiene pérdida: Vamos a ir cresteando por la cuerda, siguiendo
las marcar del GR10 (dos líneas horizontales roja y blanca). El paisaje
es magnífico: Disfrutamos en todo momento de una visión de 360º de la
Sierra del Guadarrama, de los valles de la vertiente Segoviana y de la
Madrileña, incluidas las 4 Torres de Castellana.
La
primera elevación en superar es el Cerro de la Sevillana. Empezamos a
ver los primeros restos de fortines, nidos de ametralladoras, bunkers,
trincheras … de la Guerra Civil, algunos muy bien conservados. En unos
parajes tan hermosos, es triste pensar que hubo batallas encarnizadas
donde murieron tantas personas.
Después
de dejar atrás el collado de La Sevillana, llegamos a la Peña del
Arcipreste de Hita. A nuestra derecha a unos 200 metros está el
Monumento al Arcipreste, que decidimos visitar a la vuelta. Casi sin
despeinarnos llegamos a la meta prevista: El Cerro de Matalafuente. Como
es algo pronto para volver, y seguimos con hambre de montañas, por
mayoría absoluta decidimos seguir adelante. La siguiente cumbre
conquistada es Peña del Cuervo. Sin parar seguimos por la cresta de la
cuerda, hasta alcanzar el alto del Cerro del Mostajo. Allí nos
plantamos, y tomamos las viandas en la cumbre, protegidos por los restos
de un aguardo de la Guerra Civil.
Volvimos
por el mismo camino de ida, disfrutando de las maravillosas vistas, de
la compañía, y de los alegres cantos de Pepe, en Suajili, perfecto
Inglés Americano y Español, indistintamente. En la Peña del Arcipreste
de Hita, nos acercamos a conocer el Monumento al Arcipreste. Es un
Berrocal de formas muy características. En su vertiente sur, cincelado
en roca hay dos inscripciones, una de ellas rememorando el 26 de
noviembre de 1930, el 600 aniversario del Libro del Buen Amor. En la
otra, unos versos de un poema del Libro, contando el Arcipreste uno de
sus encuentros eróticos/cómicos/pastoriles por aquello lares: “Cerca de
Tablada/ la sierra pasada/ falleme con Aldara/ a la madrugada”. Pepe nos
deleitó con una declamación excelente de algunos versos del Libro del
Buen Amor, leídos de un ejemplar que hay en un pequeño cofre al abrigo
de las rocas.
Después
de casi 5 horas de caminata, unos 11 km y 530 metros de desnivel
acumulados, llegamos a los coches, satisfechos y contestos de lo hecho.
Un día magnífico para guardar en nuestra memoria.
¡Un fuerte abrazo!
Alejandro.
Un abrazo
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