CRÓNICAS DEL DOMINGO 21/2/2016:

Montañeros: La Peñota      

En un invierno atípico como el que nos esta tocando padecer, la llegada de la nieve a nuestra sierra de Guadarrama supone una nota de alivio para aquellos escépticos que ya dábamos por perdido el contacto, de nuestras botas, al pisarla y hundirnos , deslizarnos, tropezarnos…
Disfrutar con un panorama completamente distinto que suaviza cada una de las curvas de nivel que vamos alcanzando o por lo menos esa es mi apreciación.
Este domingo nos ha regalado a María, Juan Carlos, Jorge, Juan, Toño, Emilio y a la redactora que suscribe, una etapa “disfrutona”. La novedad de un montaña nevada , el cielo despejado, la temperatura liviana hacia presagiar una etapa perfecta.
Salimos del aparcamiento de Majavilan a las 8,40  en dirección a la Peñota  en ruta circular con duración de 5h y 30 min y un desnivel de 822m.
La Peñota también se conoce por  Pico Carpentier (1945m) es una de las primeras cimas del Valle de la Fuenfría. Situada justo encima de Cercedilla y Los Molinos, sirve como borde natural entre las provincias de Madrid y Segovia.
Dejando a la derecha en Hospital de la Fuenfria    
Ascendimos a buen paso por   un estrecho camino, marcado con puntos rojos, hasta empalmar con la Pista Forestal de la Calle Alta.
Cruzamos la Pista, siguiendo el camino de puntos rojos hasta llegar a un collado que delimita el límite de las provincias de Madrid y Segovia. Tras pasar el Muro de Piedras en el Collado, cogemos el GR-10 o Vereda del Infante, y ascendemos por la cuerda de la montaña hasta la cima. En todo el trayecto pisamos nieve en todas sus versiones, Nieve dura, pequeñas placas de hielo, nieve en polvo y como no! en el ultimo tramo de la marcha una bajada de 45min en  sendero cubierto con nieve “papa”.
Llegar a la cima fue divertido, sorteando las  rocas de granito semienterradas en nieve y placas de hielo y como no podía faltar, el viento que enfilaba y nos obligaba a sujetarnos en el pilón del punto geodésico solo unos segundos… Desandamos la subida después de un refrigerio rápido donde el chocolate y el jengibre fueron  imprescindibles, decidimos no subir a la Peña del Águila y bajar hasta la carretera alta y seguirla hasta en collado de Marichiva y descender por camino forestal a modo  de tobogán deslizante hasta el aparcamiento.
Ejercicios de estiramiento y de vuelta a casa.
Como siempre, salpicado de conversaciones interesantes, anécdotas, de un grupo de montañeros excepcionales.
Gracias por poder compartir con vosotros esta estupenda salida. Buena semana!!!!

Sandra Tojeiro

Senderistas: La senda Ortiz  
       
Desde el valle de La Barranca, La Maliciosa se ve imponente, adornada hoy con unas pinceladas blancas como si alguien hubiera espolvoreado azúcar en su cumbre. Por fin la nieve ha llegado a la sierra y esta se ha vestido  con un  blanco manto invernal.
Hoy los senderistas del club Mirasierra afrontamos una de esas rutas clásicas del Guadarrama: la senda Ortiz.
A las 8:45, en el aparcamiento del área recreativa de La Barranca, nos vamos reuniendo todo el grupo. Un grupo bien numeroso, ansioso de caminar por esta sierra tras el parón de la semana pasada, donde sólo los más valientes, se atrevieron a desafiar las adversas condiciones meteorológicas. Iniciamos la marcha —y la terminamos con éxito—  Rafa Garcia Puig, Gloria Fernández, Jose Vicente Almela, José Eugenio Soriano, Elena Madurga, Coro La Tasa, Amparo Florez, Alfredo Díez, Mamen Jurschick, Andrés, Rocío Eguiraun,  Eduardo Garcia Calleja y Charo Garcia, Gonzalo Fernández, Pilar, Alicia y Emilio Caridad, Alfonso Simón, Mari Carmen Vázquez, Marisa Ruiz y este cronista. En total 21 senderistas.
La ruta comienza en una pista que se interna por un bosque de pinos albares o silvestres, de troncos esbeltos y anaranjados, tan comunes por estas tierras. Enseguida la nieve aparece en nuestro camino y hay que andar con “pies de plomo” para no acabar en el suelo. Aquí se hacen imprescindibles unas buenas suelas para transitar por estos terrenos helados. Pronto abandonamos la pista para tomar una senda donde unos paneles informativos nos cuentan los secretos del bosque. Por el camino vamos escuchando los trinos de carboneros comunes y garrapinos, petirrojos, herrerillos y pinzones que se ocultan entre las ramas de los  árboles. El tamborileo de un picapinos se intuye en la espesura.
En pocos minutos llegamos a la explanada donde se encontraba el antiguo hospital del Guadarrama que fue demolido en 1994 y donde ahora la naturaleza vuelve a ocupar el terreno. Antaño, en esta sierra madrileña, se encontraban varios hospitales para que los aires serranos devolvieran la salud a los enfermos aquejados de tuberculosis. 
Uno de estos viejos hospitales abandonados es el de La Barranca, situado a la entrada de este valle, cerca del aparcamiento. Esperemos que pronto, este inquietante edificio desaparezca y el lugar vuelva a recuperar parte de la belleza perdida.
Nosotros, tras recuperar también el aliento con este aire puro, continuamos nuestra ruta. Lo hacemos retomando la pista que nos lleva en pocos minutos hasta el mirador de Las Canchas. Aquí damos buena cuenta de nuestras viandas mientras admiramos la espectacular vista: La Bola del Mundo y La Maliciosa  ante nosotros. Rafa nos anima a afrontar el reto de subir a esta última la próxima vez que se programe. Un  reto que sin duda todo buen montañero debe hacer.
Repuestas las fuerzas, iniciamos el descenso por la ladera opuesta a la que nos ha traído hasta aquí. A mitad de la pista tomamos un sendero que discurre a la vera del río Navacerrada que baja bravío, con esa fuerza que tienen las torrenteras de montaña en invierno. Caminamos envueltos en la espesura amable del bosque, pisando la nieve, que siempre tiene ese componente lúdico que nos retrotrae a la niñez. Pero no perdemos de vista la orilla opuesta del arroyo; sabemos que tarde o temprano debemos cruzarlo. Tras barajar distintos puntos por donde atravesarlo, lo hacemos por uno, donde un tronco en mitad del río, parece facilitar la operación.  Gracias a la inestimable ayuda de Emilio Caridad, que con mano firme  va tirando de nosotros,  alcanzamos, sanos y secos,  a la otra orilla.
Desde aquí ya solo nos queda llegar al aparcamiento donde comenzó nuestra ruta. Ahora este lugar está lleno de gente, bicicletas, perros y coches, nada que ver con la tranquilidad que se respiraba a primera hora de la mañana. A las 13.15 damos por terminada esta senda tras recorrer 11 kilómetros por este hermoso paraje.
Un lujo haber compartido con todos  vosotros este bonito camino.

Pablo Olavide

Os envío esta simpática foto en la que Emilio Caridad nos está ayudando a algunos a cruzar el arroyo Navacerrada que bajaba precioso y con bastante fuerza.
Algunos se mojaron un poco los pies. Gajes del oficio.



Que disfrutéis la semana

Un abrazo

Rafael Garcia Puig

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