12 de Junio 2016
Crónica de Montañismo  “Siete Picos”: Jesus Matamala.
Muy puntuales, a la 7:30, acudimos los montañeros previstos  para la cita a las puertas del club Mirasierra: Antonio de la Fuente, Mariane Delgado, Toño y quien redacta la crónica JesúMatamala; en el Puerto de Navacerrada nos esperaban Reinaldo, Jorge Dukelsky, Alfredo Carlavilla y José A. Rodriguez, 8 en total para realizar una de las marchas más clásicas de la Sierra de Guadarrama.
Pocos coches en parking a esa hora, con una temperatura muy agradable, algo fresca, nuestros primeros pasos nos llevan a alcanzar la última torreta  del telesilla de la pista de esquí del Telégrafo que dejamos a nuestra derecha, subida muy empinada pero breveTomamos el cordal y seguimos hasta el alto del Telégrafo (1.978), un poco más adelante, ya en la pradera del collado que precede a los Siete Picos hacemos una pequeña parada para sacar prendas de abrigo ya que soplan vientos bastante recios por las cumbres. Pronto aparece ante nosotros el primer reto; la subida al primer Pico, el más elevado, (2.138m) que los libros dicen que es el Séptimo Pico, también conocido con el nombre de Somontano, en cuya ascensión hay que hacer uso de las manos para superar algunos de sus rocosos escalones. De este Pico al 6º,5º,4º,3º y 2º las variaciones de altura son escasas y van disminuyendo. Siendo el 1º, también llamado Majalasna y algo retirado del resto, al que no llegamos, el menos elevado (1.934m). Todos ellos exigieron nuestro esfuerzo ya que fuimos coronándolos uno a uno. En uno de ellos hay una curiosa composición rocosa con un enorme vano al que se le conoce como la Ventana del diablo. Quedó constancia de ello en las fotos que allí se tomaron
Los Siete Picos, visto a distancia parece una montaña de suaves contornos y dulces pendientes, pero la ascensión a cada una de las crestas es muy dura por su estructura dentada, tajaduras y abismos peligrosos. Las vistas desde sus cumbres son espectaculares, divisándose nítidamente las cuatro torres de la Castellana al sur, por el lado norte Segovia, La Granja y otros núcleos urbanos. Peñalara con escasos neveros visibles al este, al fondo en la misma dirección la Sierra de Ayllón; y en el lado opuesto, al oeste, se divisaban las cumbres de Gredos con mucha más nieve. La vegetación muy abundante, flores de vivos colores que salen de las mismas rocas, pinos que crecen retorcidos en el cordal desafiando a los gélidos vientos invernales, helechos, piornos, enebro rastrero, etc
Después de la ascensión a seis de los picos, tras una breve parada para reponer fuerzas, descendimos por la cara norte hacia la pradera de Collado Ventoso  para tomar la senda Schmid que nos llevaría a la pista del Escaparate, camino del punto de partida; la Venta Arias. Si en las cumbres no habíamos cruzado con varios montañeros que madrugaron tanto o más que nosotros, ahora en el camino Schmid la afluencia humana iba a ser considerable como corresponde a una mañana de domingo del mes de junio con una pequeña amenaza: las bicicletas.
Algo más de cuatro horas habían transcurrido cuando llegamos a la carretera, muy concurrida en esos momentos, puesto que  descendían desde La Bola algunos de los corredores de una maratón de montaña que se estaba celebrando. Pasaban algunos minutos de las 13:00 horas. Se dejaron aplazadas las cañas para otra ocasión. Buena semana a todos.

Crónica de Senderismo: “La hoya de San Blas”: Jose Vicente Almela
Solo 4 senderistas nos decidimos a realizar la marcha por la Hoya de San Blas: Gloria Fernández, Elena Ezquiaga, Juan Carlos Aguilón y este cronista, José Vicente Almela.

Por una vez éramos tantos varones como mujeres, cosa rara quizá debido a que estamos en tiempo electoral y las listas tienen que ser paritarias.

Después de quedar en la gasolinera de Miraflores, seguimos unos 3 km en coche hasta el restaurante Jacaranda donde inciamos la marcha.

En principio se trataba de un recorrido facilito de 11 km y 200 m de subida, pero Juan Carlos se encargó de hacerlo un poquito más emocionante, y los 11 km se convirtieron en 16 y medio y la subida en 440 m. Total un nivel 2 que resistimos estupendamente y del que nos recuperamos gracias a Juan Carlos que es el maestro de los estiramientos.

Hicimos un recorrido precioso con un itinerario circular que da la vuelta a toda la hoya. Pasamos junto a una residencia del Opus Dei, de la que nos inrigó el nombre B.A. pero después de arduas investigaciones he llegado a la conclusión de que quiere decir Beato Álvaro.

Empezamos por una pista forestal dejando a nuestra izquierda el pequeño embalse de Palancares que recoge las aguas del arroyo del Mediano, para más adelante deja la pista y adentrarnos en el bosque siguiendo el curso del citado arroyo, hasta llegar a otra pista más arriba desde donde se accede al collado de la Ventana en la Pedriza. No nos atrevimos a tanto y empezamos a bajar después de descansar junto a una caudalosa fuente.

Casi al final pasamos junto a la pequeña ermita de San Blas que da nombre a la zona.

El camino, aparte de maravillosos fresnos, pinos y robles, estaba plagado de retama y cantueso, que con sus espléndidos colores amarillos y morados, adornaban el paisaje.
También nos enseñó Juan Carlos a distinguir la mejorana y el gordolobo, plantas ambas medicinales. Seguro que ninguno de vosotros sabe como es el gordolobo, pero no os lo voy a decir. ¡Haber venido!

Al final después de 5 horas, incluidos descansos, cañitas en el Cazador de Soto del Real que como recordaréis se distingue por la simpatía de sus camareros y por las deliciosas patatas fritas al ajillo.

¡Ah y en todo el tiempo no hablamos para nada de elecciones ni de Podemos!

Feliz semana
José Vicente


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