18/2/2018: Senderismo: Cerro San Pedro: José del Campo







“Llegué pronto al Mojón. Extrañamente, a pesar de lo temprano, un grupo de buitres se estaban pegando un banquete en las proximidades, un ternero recién nacido desayunaba de su madre, el sol, de buen humor, despuntaba por el horizonte, la lujuriosa Venus no se veía por la simple razón que está en estas fechas tomando el Sol en preparación de la primavera, y la Sierra del Guadarrama se iluminaba con su nieve y todo su esplendor. El cielo entero era azul, y el mundo era una maravilla.
Por la lontananza, en la carretera apareció una caravana de coches y mi consustancial soledad paso a recibir una muy amable compañía. 
Después de los saludos de rigor iniciamos el ascenso. Este discurre por un cómodo sendero, con el atractivo de tener que saltar dos cercas, con el morbo que tiene lo prohibido, y un mínimo charco de hielo fácilmente evitable que le añade un cierto tono épico al ascenso.
Hay dos rampas, una al principio y otra al final, y en esta última nos adelantó corriendo una joven que venía de Colmenar y que nos hizo darnos cuenta que el tiempo no pasa en balde. La pendiente media es del 20%, la altitud de la cumbre es de 1.417 metros y la ascensión es de 427 metros. Iniciamos el ascenso a las 9.16 y estábamos abajo a las 12.03.
La vista desde la cumbre del cerro es magnífica. Como todas las cumbres cubre los 360º y se observa desde ella la Sierra de Ayllón, la de Guadarrama, las estribaciones de la de Gredos, y todo el llano manchego del que Madrid es parte. Hubo inclusive quien decía que se veía a un tipo que estaba fumando en pipa con calcetines amarillos en un acantilado en Ibiza, aunque no fue contrastado.
Firmamos en el cuaderno que hay en la cumbre, y así cuando los alienígenas decidan aterrizar en la tierra tendrán testimonio de que el Club Mirasierra estuvo allí presente. Como siempre se hicieron las fotos de rigor correspondientes.
Una vez abajo nos trasladamos a la ermita de los Remedios que es muy acogedora, y que tiene también unos enterramientos visigóticos – por su tamaño parece ser que los visigodos o eran muy pequeños o los metían doblados-  y un bar con buena cerveza y buena charla.
Tuve el privilegio de estar acompañado por Rafa, Marta, Irena, Maria, Elena, Jose Vicente, Begoña, Elias, Marianne, Gonzalo, Marta, Alfonso, Mari Carmen, Alejandro, Isabel y Francisco, y posiblemente me haya dejado a alguien en el tintero -bueno, en las teclas- y  a quien le pido mis más humildes disculpas.
Total, una magnifica mañana primaveral. Creo que pasamos todos un gran rato.
Feliz semana para todos
José

No hay comentarios:

Publicar un comentario