6/5/2018 Crónica de senderismo: La Pedriza: El Elefantito: Ricardo García Ramos
Queridos amigos:
Al
domingo 6 de mayo no podríamos haberle pedido un tiempo más favorable
para disfrutar de la ascensión a la roca del elefante. Realmente me
sorprendió ver un elefante esculpido por la madre naturaleza en roca
viva, cerca del emblemático “Yelmo”. Si, si, era la cabeza de un
elefante. No había duda.
La
aventura empieza en la puerta del Club Mirasierra, en donde
aparecieron, junto con quien escribe esta crónica: Gloria, Rafael,
Elena, Begoña, Sofía e Irena. En el aparcamiento de “Canto Cochino” nos
esperaban: Pilar y Gonzalo. Todos juntos iniciamos la marcha, no sin
antes, poner un letrerito en el parabrisas de un coche que
insolidariamente había cerrado la salida de una de las calles del
aparcamiento.
Cruzamos
el puente de madera – el de siempre- sobre el río Manzanares y fuimos
al encuentro del camino por el que iniciaríamos la ascensión. Elegimos
el que conduce a “Canto de los Brezos” que hace la subida algo más suave
que la alternativa por el PR1, bastante más exigente. Este primer tramo
de algo más de dos kilómetros, sin dificultades y con las fuerzas al
completo, nos permitió llegar a una verde planicie denominada “La
Cañada”, en donde paramos un breve espacio de tiempo y disfrutamos de un
magnífico paisaje.
Seguimos
la ascensión por una senda más escarpada y algo más exigente, donde los
componentes de la excursión demostraron su espíritu de aventura y su
fuerza. Eso si, en algún momento veíamos elefantes donde no los había.
Pero por fin vimos el elefante, ¡inconfundible!. Objetivo conseguido.
Descanso, fotos y reponer fuerzas antes de regresar.
En
el regreso no dudamos. Cogimos el sendero y todo para abajo hasta
llegar de nuevo a “La Cañada” y sin descanso seguimos, esta vez por el
camino de los valientes, el PR1. La verdad que este descenso fue
glorioso. A tope, con fuerza y sin regatear esfuerzos.
Llegamos
de nuevo al aparcamiento de “Canto Cochino”, felices y contentos,
después de una marcha de más de 7 km, habiendo estado a 1.468 metros de
altitud, con un desnivel de 400 metros desde la cota de partida y haber
caminado durante 4 horas.
Aprovechamos
la cercanía para visitar y comprobar el estado de la encina de nuestro
querido Jesús, que se encuentra fuerte y bien firme. Vaciamos nuestras
botellas, y con cariño y añoranza rezamos un Padre Nuestro en su memoria
y recuerdo.
La jornada fue maravillosa y disfrutamos del paisaje, de la buena compañía, del buen tiempo y de una cervecita al finalizar.
Gracias a todos por vuestra amabilidad y compañerismo.
Un saludo, Ricardo.
Un abrazo
Fue una excursión preciosa, con unas vistas muy bonitas y al elefante, una vez arriba, se le veia perfectamente.
ResponderEliminar