29/6/2019 Senderismo: Las Pesquerías de Carlos III; Rafa García Puig






Las marchas de senderismo del mes de julio se repiten de año en año con contadas novedades. Buscan la frescura del ambiente y el paseo amable como culminación de un curso. Tratan de dejar un regusto agradable que nos haga desear la llegada de septiembre y el reinicio de la actividad.
Todos los años los senderistas terminan con la marcha de las Pesquerías de Carlos III en el rio Eresma en la vertiente segoviana de nuestra sierra de Guadarrama. Unas veces vamos hacia el embalse del Pontón. Otras, en busca del arroyo del Telégrafo, que se convierte en el Eresma, y el arroyo Minguete.
En esta ocasión optamos por ir en busca del arroyo del Telégrafo, ocho senderistas que salimos todos desde Mirasierra.
Gloria, Marisa, Marta, Melanie, Conchita, Martha con hache, Rocío, y yo mismo.
Diréis: “qué bien acompañado”, pues sí, muy bien acompañado.
Así que a las 8 nos dirigimos en dos coches hacia la zona recreativa de la Boca del Asno, ocupada a esa hora solo por algunas caravanas, para iniciar nuestra marcha en busca del Telégrafo siguiendo la rivera del Eresma, que en esta ocasión bajaba con poca agua, pero que aun así producía un festival en los sentidos y en los sentimientos que establecía un muy buen maridaje con el remate de temporada que se pretendía.
Bajamos las escaleras que nos llevaban al rio y empezamos a andar en pequeños grupos, seña de identidad de los senderistas, a los que no hay forma, sean muchos o pocos, de mantener en un grupo compacto.
Anduve durante los primeros momentos solo y en cabeza, recogido, como si hubiera entrado en una iglesia me arrodillara y santiguara para iniciar mi relato, mi petición mi balance, mi oración, y mi recuerdo y agradecimiento a Jesús, siempre presente durante las marchas en los más antiguos montañeros o senderistas.
Una breve parada para oír el silencio del murmullo del rio y de los pájaros y permitir que ese grupo disgregado de conversaciones se agrupe y haga fotos, ¡como no!
Os echamos de menos Marisa fotos, Ricardo videos, y Pablo.
Reanudamos la marcha, y aparecieron los ¡qué pena que no haya venido…! Echábamos de menos a tantos de vosotros…
En poco más de 1 hora llegamos donde el arroyo del Telégrafo se convierte en el río Eresma. Que bonito, que paz, que privilegio.
Giramos a la derecha siguiendo el curso del arroyo de las Pamplinas, adentrándonos en los magníficos pinares de Valsaín que no se si recogen el nombre de esta especie de pino, o es al revés.
Se volvieron a formar los grupos de conversación disgregados. Me rendí por tanto al sentir general y formé el mío propio con Marta sin hache, mi hermana. Como no, “repasar”, en ambos sentidos, a la familia siempre da mucho juego, y más aún si de repente interrumpes el “repaso”, y te paras a llenarte con los pinos que suben rectos al cielo formando un paisaje bellísimo rico en metáforas evocadoras…
Cruzamos un puente de grandes piedras sobre el rio y giramos de nuevo a la derecha hasta que nos encontramos con una pista asfaltada y un puesto de reavituallamiento de una carrera de montaña de 115 km que como todos los años estaba teniendo lugar por estos lares.
Abandonamos la carretera y después de media hora decidimos iniciar la vuelta, y la búsqueda de nuevo del rio Eresma para tomar un tentempié.
Encontramos un recodo en el rio. El calor aconsejo a buena parte descalzarse y refrescarse y, ¡como no!, fotografiarse los pies y las piernas todas juntas en una fotografía, como diría yo, curiosa. Os describo la foto: Parejas de piernas juntas y sumergidas en el agua del rio con las uñas rojas pintadas.
Es indudable que esto no se nos hubiera ocurrido a un grupo de chicos, lo que prueba la desinhibición, originalidad y creatividad de las chicas.
Después de una larga media hora, reiniciamos la marcha. En esta ocasión percibimos el incremento que está teniendo esta actividad en las personas, que se nota de un año para otro. Nos cruzamos con varios corredores de la carrera de 115 km que habían iniciado a las 23:00 del viernes procurándoles ánimo.
Cuando llegamos a la Boca del Asno, el parking estaba totalmente lleno, así que cogimos los coches y nos dirigimos al Albero en Valsaín para comer. Puri como siempre encantada de tenernos como habituales.
Lo que disfruté y reí en la comida no soy capaz de explicarlo.
Conversación rica que pasaba de la seriedad a la risa, de lo transcendente a lo intranscendente, de una manera vital, rápida, imposible de seguir en ocasiones, pero siempre rica en conocimiento que salta de la gestión de personas a los platos de cocina sin solución de continuidad, cargada de experiencia donde siempre aflora y a pesar, en ocasiones, de ella el sentido del humor, la experiencia, y la frescura que tanto admiro en las mujeres.
Así terminó nuestra marcha de 10 km y 165 m de desnivel y con ella el curso.
Los montañeros, como bien explica José Luis en la crónica que habéis leído, culminaron la Cuerda Larga con La Najarra incluida. Un gran final para una estupenda temporada. Gracias José Luis por tu implicación.
Finalmente, quiero recordar en este final de temporada a algunas de las marchas que he hecho con vosotros. Todas han tenido algo especial pero, me quedo con la subida al Malagón y como se la colamos a Aida, la subida al Yelmo y a su Lagunilla donde Cipri dirigió una oración al cielo en memoria de Mónica y a Conchita le brillaban los ojos de satisfacción por lo conseguir subir al Yelmo, y la subida al Peñalara bautismo de cumbre para Elena, Félix y Marta, José Vicente, Begoña, Marisa, Rocío, conchita, y Silvia y José Luis.
Juan Carlos y Antonio, quiero agraceros la seguridad que nos proporcionáis, la tranquilidad en la cola que aportan Reinaldo, Emilio, Viky, José Ignacios, Marta, Gonzalo (estamos contigo Gonzalo, ayer pasamos un rato estupendo en tu casa), y a Elías a su amistad, rigor y lealtad.
En mi cabeza estáis todos, veteranos en el grupo y los más recientemente incorporados, Mar, José Antonios, Sonsoles y su positivismo, Rocío y su señorio, Rosa, Francisco Alfredo, Alejandro e Isabel, Mari Carmen y Alfonso, Marisas, Martas con hache y sin hache, Amay, Floren, Melanie, Mariane, Chelo y José Luis y vuestra fuerza, Joaquín, Marías, María del Mar, Malanie y Luis, Paz y Kaos, y Alberto y Silvia.
Estoy deseando que os reincorporéis rápidamente Gonzalo, Katinka, José Eugenio, Margarita, Cristina, Esperanza, e Irena.
A ti Gloria que eres el alma del grupo, y que sabes que Jesús y todos nosotros estamos contentos de que así sea.
A todos muchas gracias por pertenecer a este grupo, por vuestra lealtad, amistad, constancia, aunque las crónicas se nos resistan alguna vez a algunos, y por la acogida sincera y afectuosa que damos a todas las incorporaciones que permiten que todos nos enriquezcamos.
Un abrazo a todos y hasta septiembre

Rafa Garcia Puig

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