30/6/2019 Montañismo: La Cuerda Larga en plena ola de calor: Jose Luis Agud (montañero consorte)


Participan: Elías, Reinaldo, y Chelo
El último domingo de junio, en pleno embate de calor sahariano, los tres susodichos emprenden una de las rutas más duras de Guadarrama. A mi entender la Cuerda Larga tiene más de lo segundo (20,6 Km, 1.000 m de subida y 1.100 de bajada) que de lo primero. Porque, ¿dónde está la cordura en tres adultos, en aparente posesión de sus facultades y con medios suficientes para estar tomando daiquiris al borde de una piscina, que se meten, en contra de todas las advertencias de rehuir el sol y beber mucho líquido, en semejante berenjenal?
El único destello de lucidez que se aprecia desde fuera es que adelantaron la partida una hora, madrugando como panaderos, de forma que a las 7,50 horas ya estaban subiendo. 
Salieron del puerto de Navacerrada, y el primer hito, con el relente de la mañana, fue la Bola del Mundo. A pesar de todos los augurios de una temperatura asfixiante, bastante viento y ocasionales nubes hicieron la travesía llevadera – o lo que ellos entienden por eso – hasta las tres de la tarde. Tal vez su magnífica reciente graduación puso alas en los pies de Elías, que no necesitó el carro del profeta homónimo para subir y bajar como una bala.
Después de la mal llamada Bola del mundo vino Cabeza de Hierro Menor, después la Mayor, el Collado de Peña Vaqueros, el de Las Zorras (dicho séa sin ninguna connotación machista), y más adelante, uno de los topónimos más hermosos de Guadarrama: Asómate de Hoyos.
Aunque los testigos interrogados no lo dejan claro, parece que más o menos a esta altura, alentado por la pureza de aire y quién sabe si por el pastel de puerros y gambas y tortilla que se había llevado, Reinaldo dejó salir a borbotones su cultura enciclopédica y sacó a colación la Batalla de Simancas. Otros no tenemos tanta información, pero disponemos de la Wikipedia. Por ella he sabido que está batalla enfrentó a Ramiro II de León y sus huestes a 100.000 musulmanes enviados por Abderramán III, quien con la sobriedad que caracteriza a los poderosos bautizó la operación como Campaña del Supremo Poder. Atravesaron la sierra de Guadarrama por el Puerto de Tablada. Este es el único nexo que se me ocurre para el relato de Reinaldo, que concluía, con toda la razón, que el que está arriba gana. Los yihadistas bajaron, llegaron a Simancas, y los cristianos, con la inestimable ayuda de un eclipse y la aparición de San Millán, les dieron para el pelo. 
A estas alturas y de la Loma de Bailanderos,  el calor apretaba hasta el final de la excursión. Para facilitar las cosas, distraídos por los relatos históricos que hemos descrito de forma somera, subieron, tal vez por accidente, la Najarra. Esta subida es la que quiere la ortodoxia que forme parte de la travesía. Pero de grandes ortodoxias están las sepulturas llenas, y podrían haber acortado un poco el peregrinaje. 
Mientras tanto, en el campamento base, este cronista oteaba el cielo tratando de avistar algún helicóptero de la Cruz Roja con tres montañeros a bordo maltrechos por un golpe de calor. 
Lo cierto es que llegaron al Puerto de la Morcuera a las 16,30 horas, con hora y media de adelanto sobre el horario previsto. Allí les esperaba abnegadamente Rafa (¡muchas gracias!). Tomaron unas cervezas, y fueron devueltos a su vehículo en Navacerrada. 
Madrid, que siempre sabe premiar a sus héroes, les obsequió con sendos atascos en Las Presillas y en la carretera de la Coruña, no fuera a ser que cayeran en la molicie.
José Luis Agud (montañero consorte)

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