Aunque
el calendario indicaba que estamos en el mes Mayo, la temperatura de un
grado con la que nos encontramos en Cotos esta mañana, más se parece a
una temperatura de época invernal que la propia que marca el almanaque.
Así pues, vistas las condiciones climatológicas, nos toca encajarnos
bien nuestros gorros, guantes y anoraks.
El
día aparece entre sol, claros y nubes, y esto le da una luz especial a
la mañana. Desde los primeros pasos empezamos a disfrutar de este
ambiente de claridad, frescor y de aromas a pinar.
Conforme
vamos avanzando, las estampas invernales de nieve y hielo se van
prodigando y vemos aparecer árboles completamente forrados de blanco con
sus ramas armónicamente peinadas por la ventisca y el hielo, de igual
manera los hitos que marcan el camino se nos presentan con todas sus
piedras argamasadas con una férrea capa de hielo. Aunque no lo parezca
¡estamos en primavera!
Llegando
a la Laguna de los Pájaros el paisaje parece sacado de una ilustración,
demasiado precioso para ser real. Pero es muy real y fantástico. Esto
nos anima a enfrentarnos con la parte más exigente del recorrido: El
Risco de los Claveles. La abundante nieve, con espesores de hasta 25cms,
nos obliga a centrar nuestra atención en cada paso, al tiempo que
buscamos la huella a seguir. Lo intrincado del recorrido nos esconde la
huella, así que marchamos en silencio y concentrados buscando la mejor
ruta y la más segura. Disfrutamos del entorno y sufrimos por su
exigencia, pero esto nos gusta, nos motiva y nos hace avanzar hasta
alcanzar la cumbre más alta de nuestra Sierra: Peñalara de 2,428 m.
En
la cumbre, reunión de senderistas y montañeros que siguiendo recorridos
diferentes coincidimos con precisión cronometrada. Momento de reponer
fuerzas mientras intercambiamos saludos, besos y abrazos. También
momento de decir hola y adiós al punto geodésico de la cumbre porque la
niebla nos envuelve y la temperatura no es nada amable.
Bajada
pseudo-conjunta de ambos grupos, arranque conjunto pero la diferencia
de ritmos acentúa paulatinamente la distancia entre ambos colectivos y
concluimos el recorrido en momentos diferentes.
Estamos
concluyendo la integral montañera y los montañeros “íntegros” que hoy
nos citamos para tal fin fuimos: Chelo, Mar, José Antonio, Antonio y el
redactor firmante, que antaño tuvo conocimiento de otro tipo de
integrales más técnicas y científicas, pero éstas no me emocionaron como
lo ha hecho hoy la Integral de Peñalara.
Salud y a seguir viéndonos en el monte.
Juan Carlos
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