Dicen
que debe su nombre a que, en tiempos, los lugareños llevaban allí sus
colmenas. Lo que antaño fue trabajo rutinario es hoy deporte riguroso, a
juzgar por las pendientes de esta canal.
Salimos
a las 8:25 un nutrido grupo de 10 montañeros: Antonio, Mar, José María,
José Ignacio, Rosa, Carmen, Emilio, Chelo, Elías y el que suscribe. Con
una meteo inmejorable, algo de fresco, que nunca viene mal en las
subidas, iniciamos la marcha con buen ritmo, cruzando el Manzanares por
el Puente de Madera y siguiendo el conocido PR-2. Menudean los grupos
de senderistas y montañeros y coincidimos con algunos. Aprovechamos para
realizar una pequeña parada para aligerar ropa y dejar pasar a otros
caminantes. Pasa el grupo y entre la nebulosa de mi miopía y de mis
gafas de sol se abre paso una silueta que nos recuerda a alguien.
-¡Reynaldo!- grita alguno, con menor neblina que la mía. En efecto,
aparece como de la nada nuestro querido compañero de montaña y de
tertulia. Ahora el “núcleo duro” está casi al completo.
Reemprendemos
la marcha y llegamos al puente que conduce al refugio Giner, que no
tomaremos. Empieza el zigzagueo y las primeras pendientes serias,
siempre al abrigo del bosque. Anda atento Antonio porque más adelante
habrá que hacer izquierda para ponernos al pie de la Canal de las
Abejas. Encontramos sin mayor problema la embocadura y, ahora sí, a
subir y subir en una de las canales más exigentes de la Pedriza.
Llegamos a la bifurcación que, tomada a mano izquierda nos llevaría a
las Torres y que, de frente, nos conducirá al Collado de la Ventana.
Seguimos sorteando riscos y volviendo de cuando en cuando la vista para
admirar el valle que vamos dejando atrás.
No
sin esfuerzo, culminamos la subida en el Collado de la Ventana. Son las
11.00 de la mañana. Reponemos fuerzas, foto patriótica y reemprendemos
la bajada. Hoy perdonaremos la Pared de Santillana y la bajada por el
Collado de la Dehesilla; demoraría mucho la excursión y esa subida,
merece por sí misma otra salida. Bajamos, por tanto, por el camino que
discurre junto al Arroyo de la Ventana, muy animado de tertulias y hasta
de selección de éxitos musicales de ayer y de hoy. Se baja rápido,
motivados quizá los montañeros por dejar a los tres tenores sin aliento,
extremo este que no consiguen. Y a Peter, Paul and Mary le siguen
María Dolores Pradera, Víctor Jara y un especial dedicado a los Beatles.
¡Ah!, y por petición del público, el Uy-Uy-Uy mi gato hace
Ay-Ay-Ay-Ay-Yaah de Rosario Flores.
Mano
de Santo, oye; a las 13.00 en punto estamos en Canto Cochino. Como el
público no pide bises; saludos y rompan filas, que el show business no
da más de sí. Pero contentos de haber compartido una de las rutas más
singulares y exigentes de la Pedriza, sumergidos en un entorno
privilegiado y disfrutando de un grupo extraordinario.
José Antonio
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