19/5/2019 Senderismo: Peñalara por Dos Hermanas; Elena Madurga





Tenía tantas ganas de hacer esta ruta que cuando la convocó Rafa, hasta me ofrecí de voluntaria para escribir la crónica, y espero que al menos os podáis hacer una idea de lo maravilloso y gratificante que nos resultó a algunos de los senderistas que la realizamos por primera vez; realmente tenía razón Rafa al avisarnos: No os arrepentiréis.
El día prometía soleado y fresco, así que fuimos bien pertrechados a pesar de que era ya avanzado el mes de mayo. Nos reunimos como es habitual algunos en el club y otros en el punto de salida, el aparcamiento de Cotos. Fuimos en total 13 senderistas: Rafa, nuestro guía, Marta Muro, Félix Omeñaca, Jose Vicente Almela, Silvia Caridad, Paz Vizcaíno, Rocío Eguiraun, Begoña Mata, Marisa Ruiz, Pablo Olavide, Marisa Huidobro, Conchita Carvajal, y la cronista, Elena Madurga.
La subida de la pradera nos permitió prepararnos para avanzar con soltura en las siguientes pendientes, con un desnivel total de 650 metros realizado en pista bien señalizada con algunos tramos rocosos entre pinos silvestres y piornos. Y sí, digo con soltura porque aunque temí que fuera a ser difícil al menos para mí, comentamos entre nosotros otras cumbres alcanzadas sin desmerecer la presente.
Ya en la pradera había escharcha y alguna mancha de nieve que conforme subíamos se hacían más presentes en los picos previos a nuestro destino, Hermana Menor y Mayor, destacando alguna lengua de nieve con final abrupto y lo más curioso, la forma del hielo que el viento gélido junto con la nieve se modelan en ramas, rocas o señales, llamadas cencelladas. Disfrutamos también del canto de algún acentor. (¡Qué buen profesor Pablo, gracias!).
Desde el principio las vistas son espectaculares, y antes de que la niebla fuera envolviendo las montañas colindantes, pudimos llegar a ver Segovia, La Granja, Bola del mundo, parte de la Cuerda Larga, Cabeza de Hierro y las pistas de Valdesquí. La niebla nos alcanzó en el punto geodésico con bajas temperaturas y algo de viento, lo que nos apremió a permanecer poco tiempo arriba, lo justo para disfrutar del encuentro con nuestros compañeros montañeros y de un tentepié.
Descendimos con gran ánimo y satisfacción de haber disfrutado de este gran paraje que es Peñalara, que celebramos con nuestra clásica caña y creo que somos muchos los que dijimos que volveremos. Magnífica ruta y compañía.
Feliz semana
Elena

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