El domingo 2 de junio fuimos un grupo reducido de senderistas los que salimos de Mirasierra, Rafa Garcia Puig, Gloria Fernandez, Maria Franco y yo, Melanie Natanio.
Tomamos
la N1 y, a la altura de Buitrago, nos desviamos hacia la derecha por
carreteras comarcales con preciosas vistas de las montañas que nos
rodeaban, hasta llegar a La Hiruela, un bonito pueblo declarado Reserva
de la Biosfera en el año 2005, situado en la Sierra del Rincón, en un
enclave privilegiado al norte de la Comunidad de Madrid.
En
el parking, a la entrada del pueblo, nos encontramos con Aida Luque y
Marisa Huidobro y con 4 amigos de Rafa que venían hoy por primera vez,
Felisa Plaza, Antonio Kaiser, Pepe Hueva y Eduardo Garcia Calleja.
Comenzamos
la marcha atravesando este encantador pueblo, con sus casas de piedra y
adobe bien conservadas. Al final del pueblo giramos a la izquierda,
pasamos una cancela y bajamos por una senda rodeada de robles, helechos y
melojos, hasta llegar al rio Jarama, donde tomamos la margen derecha
del mismo, y caminamos por una pradera con mucha vegetación de
ribera, con cerezos y sauces.
Siguiendo
por este camino pasamos por las ruinas del molino de Juan Bravo, del
que quedan las paredes y una antigua piedra de moler, y continuamos
hasta cruzar el rio por un puente de madera.
En
este lado del rio, hubo que subir un pequeño desnivel y siguiendo
siempre el cauce del rio llegamos a otro puente, que volvemos a cruzar y
donde, ahora de nuevo en la margen derecha, nos encontramos con una
extensa pradera verde con mesas y bancos de madera, donde hacemos el
primer descanso. La mayoría, ya con un poco de hambre, sacamos los
bocatas, los frutos secos y unas deliciosas galletitas caseras que trajo
Aida y, a pesar de no ser éste el lugar elegido por Rafa para la media
mañana, el entorno era tan bonito y bucólico que no hubo más remedio que
hacer la parada.
Una
vez repuestas las fuerzas retomamos la marcha, cruzamos otro puente y
nos posicionarnos de nuevo en la margen izquierda. Después de unas
subiditas y unas bajaditas por un montículo de rocas, desde donde
llegado a un punto, se veía el famoso Colmenar de la zona, llegamos a la
carretera M137, por donde continuamos unos minutos hasta tomar una
desviación a la izquierda, por un camino forestal. Este camino nos
lleva a la Carbonera, activa hasta 1960, que producía carbón vegetal de
roble y brezo.
Una pareja de senderistas que pasaban por alli nos hizo la foto de grupo delante de la Carbonera.
Decidimos
seguir, por esta senda soleada, un rato más con los robles y las jaras
todavía a nuestro alrededor y con vistas espectaculares de los montes a
nuestra izquierda, hasta que por fin encontramos un lugar sombrío muy
apetecible, donde hicimos la segunda parada de la mañana.
De
vuelta hacia el pueblo, las chicas fuimos juntas por un lado en animada
conversación y los chicos por otro – “a la vasca,¡¡¡¡” como indicó una
de las senderistas!!!!
Volvimos
a salir a la carretera, la cruzamos y bajamos por un sendero para
dirigirnos al pueblo, atravesamos el arroyo de la Fuentecilla y pasamos
por La Fuente Alta del Lugar, donde hay un manantial con los antiguos
lavaderos donde venían a lavar las mujeres del pueblo – “las redes
sociales de la época”!!!!!!
Seguimos
subiendo por este caminito sombreado hasta el pueblo, donde tomamos la
cervecita o refresquito de rigor en el bar de la plaza de San Miguel,
junto a la bonita iglesia barroca del mismo nombre.
De
ahí cada uno a sus coches y hasta la próxima – ha sido una marcha
preciosa acompañada de un tiempo fantástico y de dos mascotas, dos
perras lugareñas, de raza desconocida y encantadoras que nos siguieron
desde el principio hasta el final del recorrido.
Un placer haber compartido esta preciosa marcha con todos vosotros – feliz semana!
Melanie Natanio
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