Crónica de Montañismo 15/10/2017
Peña del Aguila; Jose Antonio Rodríguez
No
hay previsión meteorológica que se precie que no albergue dudas más que
razonables de su materialización y la del domingo auguraba un
seguro desacierto.
Yendo hacia
el punto de encuentro, el cielo, encapotado parcialmente, descargaba
las primeras lluvias de un otoño que no termina por llegar. Y, como
suele pasar en estos casos, el chubasquero aguardando en casa.
Nos
encontramos en el aparcamiento de Majavilán los siguientes montañeros:
Juan Carlos (guía), Jorge Dukelsky, Reynaldo, Antonio de la Fuente, Mar,
Pablo Puerta, Emilio, Carlos y Nuria (a los que nos encantó volver a
ver desde hacía un tiempo y a los que animamos a continuar en nuestras
salidas). Echamos de menos a Jose Ignacio Olleros, que nos anunció que
no podría acompañarnos por motivo de una lesión en el gemelo. Para la
próxima, Jose Ignacio. Ah, yo también iba.
Lo
de aquello del nombre del aparcamiento suscitó un animado debate, al
haber diversas teorías entre los contertulios Guadarramistas sobre las
denominaciones de origen de los parkings de las Dehesas de Cercedilla.
Sin llegar a ninguna conclusión, iniciamos la marcha a las 8:45.
Como
suele ser también habitual, y es ya una seña de identidad, se decide
hacer una variante de la ruta propuesta, no acometiendo Cerro Minguete
primero, ni después, como se verá, sino encarar Peña del Águila desde el
sur, por el GR-10. Y la vuelta, Dios dirá.
Iniciamos
así el ascenso por el camino de los puntos rojos, que no sé si tiene
nombre, y que si no lo tiene, habrá que ponérselo. Que con tan
deslustrado y común apelativo no se hace justicia a la belleza del
paisaje y la riqueza del bosque que en verdad encierra. Subimos por la
Ladera del Infierno, aunque no es para tanto, y al poco, alcanzamos la
Calle Alta, que cruzamos para continuar persiguiendo la cresta que
enlaza la Peñota y la Peña del Águila y que no es otra que el GR-10. A
todo esto, decir que de la lluvia inicial ya ni nos acordábamos, a tenor
de cómo sudábamos (en concreto yo, otros y otras sólo transpiraban
ligeramente) subiendo cotas de nivel bajo un sol radiante.
Transitamos
la cresta, volviendo de vez en cuando la vista atrás para admirar la
imagen de La Peñota. Conquistamos la Peña del Águila poco después,
festejado con abrazos, Berg Hails y gran despliegue de banderas, como si
de expedición al Himalaya se tratara. Desde allí, una inmejorable vista
de nuestra Sierra: la cercana Peñota, Cerro Minguete, Montón de Trigo,
la silueta de la Mujer Muerta, La Maliciosa, Siete Picos, Alto de
Guarramillas, Peñalara.
Continuamos
adelante, ya bajando por el GR-10 hasta el Collado de Marichiva y, de
allí, vuelta a la senda de los Puntos Rojos (ya en mayúsculas, se lo
merece) hasta completar la piruleta circular en el parking de Majavilán,
o de los Puntos Rojos, o como se llame, que no quiero avivar la
polémica. En el susodicho parking, estiramientos para completar una
feliz jornada montañera de 9,71 Km, 707 m de desnivel positivos, 2008 m
de altitud máxima y 3h 56 min de caminata, buena tertulia y mejor
compañía.
No quiero
acabar sin desear a nuestra querida María Moriano un pronto
restablecimiento, cosa que, sin duda sucederá, por la casta y la
fortaleza de esta brava montañera. Mucho ánimo.
Feliz semana a todos!
José Antonio
Crónica de senderismo: 15/10/2017
Bosque de Valdelatas; Nieves Garate
A
las 8 h en punto de la mañana nos encontramos las 5 senderistas:
Gloria, Irena, Elena Sandoval, Karina Padilla y yo Nieves en la puerta
del club con la noticia que Rafa acababa de llamar que no podría venir
por encontarse indispuesto.
Sin desmoralizarnos por el contratiempo analizamos rápidamente la situación:
Quien
se ve capaz de hacer de guía? Nadie levantó la mano y después de
reconocer que ninguna estábamos dotadas con el sentido de la
orientación, decidimos cambiar el itinerario, Gloria sugirió VALDELATAS
que además está tan cerca y sin mas discusión ya estábamos las 5 en el
coche de Elena y a los 20 minutos en el aparcamiento de Valdelatas ,
sacamos nuestras mochilas y nos pusimos en marcha, las primeras de esa
mañana.
Todo un
descubrimiento ¡¡¡ un bosque muy agradable para pasear , nos fuimos
metiendo por senderos estrechos para hacernos la ilusión que estábamos
en la sierra y por si acaso íbamos dejando señales con palos y piedras
para saber por donde volver como Pulgarcito.
Dimos
un paseo de 4 horas con parada y fotos incluidas y rematamos con la
cervecita de rigor en un sitio llamado LA COLINA que fue otro
descubrimiento para algunas , muy recomendable porque además está pegado
a Mirasierra.
A la
1 y poco ya estábamos de vuelta en casa después de haber pasado una
perfecta mañana de domingo , un poco de deporte con una compañía
estupenda como siempre nos brinda este club.
Nieves Gárate
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